Convicción

"NO ME PREOCUPAN LOS GRITOS DE LOS DESHONESTOS, DE LA GENTE SIN ESCRÚPULOS Y DE LOS DELINCUENTES...MÁS, ME PREOCUPA EL SILENCIO DE LOS BUENOS" Nelson Mandela

“En la vida uno puede hacer lo que quiera, lo que no se puede es evitar las consecuencias”.

domingo, 29 de mayo de 2016

AÑO VI-N° 2066- ¡¡¡Salud LANUS!!!

Los “calamares de siempre”, saludan al
Club Atlético Lanús
“Chapeau”
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Aprender la lección
El 16 de noviembre de 1977, Platense y Lanús dirimieron el tercer descenso del Metro luego de 120 minutos y 22 penales ejecutados.

Noche histórica en el viejo gasómetro.

El campeonato Metropolitano de 1977 fue el de mayor cantidad de fechas del profesionalismo. A lo largo de 46 jornadas y nueve meses River fue el campeón y Ferro Carril Oeste y Temperley perdieron la categoría. Pero el reglamento establecía tres descensos y por eso el último casillero se debía determinar en un desempate entre Platense y Lanús, que habían igualado en 38 puntos.

Y ganó PLATENSE, iniciando lo que significaría el arranque de unos, nosotros, y la estrepitosa caída institucional y deportiva del granate.

Aquel glorioso club del sur bonaerense siguió en caída libre hasta la divisional “C”, la misma que nosotros ostentamos hoy, desde hace siete años.

Pero tal como lo hemos expuesto en más de una nota, el problema de los clubes de fútbol y sus fracasos deportivos, penden de un fino hilo, según la marcha INSTITUCIONAL.

Y ese es nuestro caso. Raudamente aquel equipo granate, desteñido y deslucido, para su resurrección, no necesitó de contratar a grandes estrellas del fútbol. Solo modificó un estilo de dirigentes. Los viejos caducos que peleaban en las urnas para seguir en pendiente después de tantos fracasos, se encontraron con un grupo de jóvenes que se dieron la mano, para sucederse bajo un mismo proyecto, bajo un mismo ideal y los únicos objetivos, que aún hoy perduran.

De ahí en más, las elecciones pasaron a ser un mero formulismo. Aquellos jóvenes, preparaban a otros para que los sucedieran. Y así, las contiendas electorales, las “agrupaciones” y los odios, fueron definitivamente desterrados. Hoy, una vez más queda demostrado que esa formula es perfecta. Allí no existen personalismos, no existen dirigentes que vivan del club y en el club, no existen representantes fantasmas, no cohabitan quienes se hacen de los pibes de las inferiores para sus propio beneficio, no existen éxitos en un deporte y en otros no, no existen falsos periodistas que por un pasaje hacen la contra, viviendo con esa política del apriete. Todo es uno y para uno, el Club Atlético. LANÚS. Hoy una vez más quedó ampliamente demostrado
Alguien alguna vez esbozó aquello de “HAY QUE MIRAR AL SUR”

Y este es el momento. Basta de tanto divisionismo, basta de todo lo maléfico. Llegó el período de aprender esta lección.

Jóvenes calamares, llegó vuestro momento. Si permiten seguir con este presente, desaparecerá nuestro Platense.

“HAY QUE MIRAR AL SUR”

Platense, el fantasma del descenso - El Gráfico

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