Los “calamares de siempre”, saludan al
Club
Atlético Lanús
“Chapeau”
“Chapeau”
Aprender la
lección
El 16 de
noviembre de 1977, Platense y Lanús dirimieron el tercer descenso del Metro
luego de 120 minutos y 22 penales ejecutados.
Noche histórica en el viejo gasómetro.
El
campeonato Metropolitano de 1977 fue el de mayor cantidad de fechas del
profesionalismo. A lo largo de 46 jornadas y nueve meses River fue el campeón y
Ferro Carril Oeste y Temperley perdieron la categoría. Pero el reglamento
establecía tres descensos y por eso el último casillero se debía determinar en
un desempate entre Platense y Lanús, que habían
igualado en 38 puntos.
Y ganó
PLATENSE, iniciando lo que significaría el arranque de unos, nosotros, y la
estrepitosa caída institucional y deportiva del granate.
Aquel glorioso
club del sur bonaerense siguió en caída libre hasta la divisional “C”, la misma
que nosotros ostentamos hoy, desde hace siete años.
Pero tal como
lo hemos expuesto en más de una nota, el problema de los clubes de fútbol y sus
fracasos deportivos, penden de un fino hilo, según la marcha INSTITUCIONAL.
Y ese es
nuestro caso. Raudamente aquel equipo granate, desteñido y deslucido, para su
resurrección, no necesitó de contratar a grandes estrellas del fútbol. Solo
modificó un estilo de dirigentes. Los viejos caducos que peleaban en las urnas
para seguir en pendiente después de tantos fracasos, se encontraron con un
grupo de jóvenes que se dieron la mano, para sucederse bajo un mismo proyecto,
bajo un mismo ideal y los únicos objetivos, que aún hoy perduran.
De ahí en más,
las elecciones pasaron a ser un mero formulismo. Aquellos jóvenes, preparaban a
otros para que los sucedieran. Y así, las contiendas electorales, las
“agrupaciones” y los odios, fueron definitivamente desterrados. Hoy, una vez
más queda demostrado que esa formula es perfecta. Allí no existen personalismos, no
existen dirigentes que vivan del club y en el club, no existen representantes
fantasmas, no cohabitan quienes se hacen de los pibes de las inferiores para sus propio beneficio, no
existen éxitos en un deporte y en otros no, no existen falsos periodistas que
por un pasaje hacen la contra, viviendo con esa política del apriete.
Todo es uno y para uno, el Club Atlético. LANÚS. Hoy una vez más quedó
ampliamente demostrado
Alguien alguna
vez esbozó aquello de “HAY QUE MIRAR AL SUR”
Y este es el
momento. Basta de tanto divisionismo, basta de todo lo maléfico. Llegó el período
de aprender esta lección.
Jóvenes
calamares, llegó vuestro momento. Si permiten seguir con este presente,
desaparecerá nuestro Platense.