Aquella
joyita, que se transformara en amigo
CARLOS ALBERTO BULLA
Después de nueve fatídicos años,
padeciendo el trajinar de la por entonces 2ª
categoría, (SIMPLEMENTE PRIMERA “B”) en 1964 PLATENSE bajo la presidencia
del Dr Luis G. Bennan, por entonces alto ejecutivo de la empresa (EFEA)
Ferrocarriles del Estado Argentino, logra el ansiado y merecido ascenso, a lo
que debía ser su ubicación natural, la PRIMERA DIVISION DEL FUTBOL
ARGENTINO.
Eran tiempos donde la dirigencia,
trabajaba a full en pos de la búsqueda de aquellos jugadores que pudieran
conformar un elenco acorde a las necesidades del Club. En divisiones
inferiores, se trabajaba incansablemente, formando jugadores que desde el
interior, sugirieran aquellos que
estaban asignados para ello.
En Buenos Aires, la subcomisión de fútbol
a cargo de Horacio Vivo, no escatimaban su tiempo en busca de alternativas de
compras, prestamos o enroques, con las distintas entidades. Si bien eran otros
tiempos, y dentro de las posibilidades
económicas del la institución, el Club alojaba
a los ya mayores que provenían del interior, en pensiones cercanas (de dos de
ellas, era PLATENSE cliente exclusivo) Una, ubicada en Republiquetas (hoy C.
Larralde y Moldes) al lado de la estación de servicio y la otra en Quesada
donde Arcos, hacia el norte, le hace una cabriola a la geografía urbanística.
Pero, los chiquilines que llegaban del
interior, tenían su propia pensión, debidamente acondicionada para el fin, en la
SEDE SOCIAL de AMENABAR Y NUÑEZ. Allí se
alojaban el Toro Morelli, Juan Carlos Hurt, Olindo Guzmán y Ramallo.
En 1966, el quipo era dirigido por Don
Antonio Faldutti, quien, como lo expresamos días pasados fallece. Toma la Dirección Tecnica
un joven de la escuela de Zubeldía, la misma del antecesor Faldutti, Don Miguel
Ignomiriello, con un elenco de colaboradores de primer nivel. Carlos Cancela y
Jorge Daguerre como preparadores físicos, como Kinesiólogo Américo Santini (mi
vecino de (Zapiola y Congreso) y compañero de la Escuela R. Dominicana), Medico,
el Dr. Suarez, aguatero E. Lagos“(el entrañable Laguito) y utileros Severo y
“Chuchita”, los que además junto a Don Alejandro Cossitorto “chingolo” y el
voluntarioso “Furridiño” siempre estaban dispuestos a toda actividad laboral
referidos a los quehaceres de demandaban las tres Hs. que ocupara el predio.
Para la presentación del plantel se
llevó a cabo un gran lanzamiento, nada menos que en los salones del City Hotel,
de la calle Bolivar, a metros de la
Plaza de Mayo. ¡¡¡Se
tiró la casa por la ventana!!! Pensarán muchos de los jóvenes lectores. Si en
apariencia, pero no en derroches económicos. Por entonces EL CLUB, en Vicente López,
poseía CONFITERIA, como siempre la tuviera desde la inauguración de la pileta
(1962) y hasta la llegada de las actuales autoridades, que por temor a que en
ella se armen roscas políticas, sin pudor alguno vedan a los asociados y
familias de algo elemental de un Club, la confraternidad social.
Finalizada la concesión de Carlos
Colmenero, además titular de la organización Premier, responsable de los bailes
que en carnavales lo ubicaban al C.A.P. segundos en recaudaciones, después del
viejo Lucence de Olivos, toman la concesión gastronómica los Hnos. IGLESIAS,
que eran los titulares entre otras licencias del afamado Hotel de la City porteña, y que cediera gratuitamente
el espacio para LA “GRAN FIESTA GRAN” DE PLATENSE”.
Este año no fue del todo virtuoso en
materia futbolística. Crecía socialmente en Vicente López, pero en fútbol el
equipo no andaba.
En 1967, el entonces Secretario Gral.
Horacio Vivo, prácticamente el presidente del Club, trae nuevamente a ANGEL
LABRUNA. La reunión se llevó a cabo en
el comercio de los Hnos. Vivo, en la Av. Maipú y Santa Rosa (Vte. López). A esa
reunión asistieron los Hnos. Vivo, Don Arturo Di Martíni (tesorero), Arrigo Razzeni
(quien luego sería presidente del club para completar el periodo, por
enfermedad del Dr Brennan, el gerente Héctor López-hermano de quien fuera
nuestro centro fodward de los años ´50, Alfredo López y Ernesto Araoz de
Lamadrid (h) estrechamente vinculado al fútbol amateur, junto al Bebe Barbieri.
Allí los dirigentes calamares le
plantearon a Don Ángel, que querían ser protagonistas del torneo METROPOLITANO,
que se jugaría en dos zonas. ¡¡¡Pero para eso hay que contar con un buen
plantel!!! Expresó Labruna. Vivo, no solo por su apellido, sino muy entrometido
en el fútbol y la política, le expresó “VAS A TENER UN BUEN PLANTEL”
Y así fue, manos a la obra, algunos
tuvieron que emigrar y otros llegaron para cumplir el cometido. Y aquí el
trabajo en conjunto de dirigentes y cuerpo técnico, lograron el objetivo.
Transferencias y trueques de club a club, ya que no existían los impresentables
representantes, ese rotulo repulsivo era mala palabra en aquel PLATENSE,
conforman un plantel que fuera sensación del torneo. Se consagra ganador de la
zona “B” y debió enfrentar en una noche estelar, al ganador de la otra zona,
Estudiantes de la Plata ,
en cancha de Boca.
Demás esta decir que esa noche del 3 de
Agosto de 1967, a
la 21 hs. televisado por canal 7, no fue motivo para que toda la población de
la zona norte, colmara la mitad de la bombonera. Como fuera, en camiones,
micros, colectivos y autos, el destino era solo uno, llegar a la vieja
bombonera. La recaudación fue record 4.670.600$ m/n. No tiene mucho sentido en
este capitulo analizar aquel triunfo que ya acariciábamos, y que por esas cosas
se transformara en trágica derrota 3-4.
Después de estas referencias que hacen a
la historia, el sentido de esta nota es
el recordar con todo el cariño, afecto y las mil gracias Carlos, aquel pibe
que allá por 1967, llegaba a Núñez con una valija de cartón.
CARLITOS BULLA
FIGURITAS STAROSTA
Pero este no era un jugador más, ya que
venía precedido por una excelente carrera en el club donde había nacido
futbolísticamente, Rosario Central. A pesar de corta edad, 23 años, debuto en Arroyito
en 1963, con solo 20 años y fue integrante y goleador de la Selección Nacional
Sub 23, en el preolímpico disputado en Lima Perú en 1964.
Estamos haciendo referencia al Señor de
la vida CARLOS ALBERTO BULLA, quien se incorporara a nuestro Club el 16 de
Enero de 1967. Esta fue sin duda alguna una de las grandes adquisiciones (a préstamo)
de nuestro club, para conformar aquel equipo que se le había prometido a Don Ángel
Labruna. Calitos Bulla rápidamente se metió en el corazón de la gente de Platense,
por sus condiciones futbolísticas de pibe del interior, que con toda humildad y
modestia, no solo se aquerenció de la gente, sino de la zona. Llegó a Núñez y
aún hoy reside con el amor y el respeto del barrio y la región, en Villa
Urquiza.
Aquel cántico marcado a fuego en las
tardes domingueras ¡¡¡¡Bulla, Bulla,
Bulla, goles, goles, goles!!! Se transformó en el hit de la pasión calamar, que bajaba desde las gradas de madera, que con su crujir, servían de timbales
para aquel cántico idílico.
Pasaron los años, 52, mas de medio siglo
y a este escriba mucho lo satisface el que de repente, en cualquier lugar de la
ciudad, como si el destino nos uniera,
suene el toque sutil de la bocina del “Rolando Rivas Taxista” amigo del destino que
me diera la vida, al mando de su taxi, que sin pudor y como acariciando la
pelota, me saluda con el afecto mutuo que nos hemos generado.
FOTO "MI BARRIO"
Es que con Carlos Bulla, me une una
amistad que me regaló Platense. Recuerdo aún aquella tarde de verano,(18hs)
cuando quien escribe estando en la subcomisión de prensa, me encontraba en la
sede de Amenabar. En la gerencia del primer piso estaban los directivos y Bulla
firmando el contrato. De pronto me llama
Horacio Vivo y me pide si puedo acercar a la flamante alhaja hasta Vicente
López,(el actual campo de juego era muy precario, pero allí, en el incipiente
centro deportivo, los jugadores utilizaban el patio central, las canchas de
tenis y la pileta y la tranquilidad ambiente) donde estaba entrenando el plantel
y Labruna a la espera del nuevo crack. Debo confesar que con mis escasos 22
años me temblaron las piernas. ¿Yo llevar a la rutilante joyita? A diferencia
de la actualidad Carlitos, estaba solo, sin representante y el vehiculo que yo
poseía lejos de ser de alta gama, un Fiat 600 modelo 65, eran los suficientes
elementos para la presentación del rosarino camino a aporteñarse.
Dado que yo ya tenía cierto grado de
confianza con Labruna, desde su paso anterior por el club, la llegada al predio,
con una fisonomía totalmente disímil a la actual, fue para mi un a especie de relaj,
nos dirigimos hacia donde estaba el grupo en una charla y allí realicé la
presentación de rigor y me fui. Así comenzaba a gestarse aquel equipo que quería
ser protagonista, lo fue, pero no pudo concluir el preciado anhelo.
Quizá en aquella noche boquense hubiera
cambiado definitivamente la historia,
pero lamentablemente, ¡¡¡NO PUDO SER!!!
No esta
demás recordar con fastidio e impotencia, una de las grandes burbujas de jabón,
de las tantas que alimentaran la falacia de las campañas de quienes se
adueñaran del club desde 2001, y repetidas en cada elección. “Crear una comisión
de agasajo a ex deportistas” Como toda burbuja se pinchó y nunca más se le
agradeció a quienes fueran celebres figuras de nuestra historia por su
honorable paso por la Institución.