Por esas cosas
incomprensibles que solemos tener los futboleros, en el pos mediodía del
sábado, e inaugurando el horario invernal, nos ubicamos frente al televisor,
para ver de que se trataba este Atlanta que nos pasara como poste.
Seriamos
demasiado injustos con nuestro equipo, si marcáramos una notoria diferencia. Futbolísticamente
iguales o peor, pero con un contraste notorio. Los bohemios tienen tres
virtudes que los diferencian.
Tienen un
goleador, Andrés Soriano (16 goles), el equipo corre y pone garra aunque con
muy poco futbol, y además, saben dar vuelta los partidos.
Ganaron y se
alejan, por estas razones. Almagro, que pretendió jugar al fútbol, mereció mucho
más que el puntero. Pero por lo expuesto, el local se quedó con los tres
puntos. No es más que Platense, con la diferencia, que
sus jugadores tienen muy en claro el objetivo, y muestran sentir
respetuosamente la camiseta que visten. ¡¡¡Esa es la sensación!!!
¡¡¡…..y cuidado
con Almagro!!! Venía de ocho fechas sin perder y no mereció en absoluto irse
zapatero. Aquí cualquiera le gana a cualquiera, claro que los partidos se ganan
con goles y para ello deben de existir quien los convierta.
Éramos pocos y
apareció “bigote” Pablo Vico
Con muy poco, excepto
“que tiene gol” y por ende goleadores, el tricolor de Adrogue, le ganó 4 a 0 a lo más parecido al Platense
del siglo XXI, Los Andes.
Dijimos que Brown
de Adrogue tiene gol, ¡¡¡y claro!!! tienen a un tal Gastón Greco que convirtió
tres(12 en ocho partidos)
En el fútbol de
ascenso hay delanteros, pero los tienen los otros. ¿Cómo harán sus dirigentes para
lograrlos? ¿Saben más de fútbol que Pedro, Andrés y Pablo? ¿O no figuran en el “book”
de los agentes de jugadores amigos?
¡¡¡Que curioso!!! Quizá algún periodista bufón, tenga la respuesta precisa.