Hace una semana, en
un reducido comentario, embriagados por el triunfo en cancha de Defensa, esbozábamos
eufóricos de alegría no solo el
marcador, con sabor a goleada, sino también el excelso merito del
funcionamiento del equipo.
Pero por razones de pudor, para evitar el clásico “estos siempre le buscan el pelo al huevo”, omitimos la peor falla observada en esa presentación. El 32 del Halcón, Sosa, durante casi 15 minutos se cansó de hacer propio el extremo derecho del fondo calamar. Esto motivó una rápida reacción de la dupla y se vio claramente en pantalla el momento en que Gómez, advirtiera ese agujero y mandara a Vázquez a socorrer a Barros Schelloto, perdido como turco en la neblina.
Pasaron los días y dio toda la sensación que aquella advertencia, en que quedara en claro que el “sobrino” no sabe marcar, quedó en el olvido. Era lógico, PLATENSE salió con todo, al extremo que en un furibundo remate de sobre pique Pellegrino casi convierte un golazo que hubiera cambiado la historia, si Sanguineti no la hubiera acariciado con la punta del guante.
Pero no, Banfield tocado por ese peligro y dominio que imponía el calamar, recordó que la tranquera abierta estaba por la derecha del fondo local y aprovechó la volada. Y Rivera va, una, dos y a la tercera nuevamente deja parado al 4 calamar y este solo atina a acompañarlo sin ningún atisbo de al menos un rasguño, para que ante una defensa totalmente descolocada, se la pase a Sepúlveda y se convierta el gol, solo desde el punto del penal.(0-1) Que sería definitivo.
De ahí en más PLATENSE se manda con todo en busca del empate. Cozzani pasa a ser un espectador más, ya que bien al estilo de Munúa, el taladro se abroqueló del medio hacia atrás, y cuanto intento pretendiera el amplio dominador PLATENSE, resultaba imposible quebrar esa alineación totalmente defensiva que permitiera el injusto triunfo Banfileño.
A esto hay que agregarle la ineptitud del árbitro, que se cansó de amonestar a los verdes, pero nunca una roja, que bien correspondía en más de una jugada.
Si bien destacamos los aciertos, también la dupla deberá aceptar los errores.¿Porque realizaron los cambios en forma tardía? ¿Por qué integró el equipo el pibe Barros Scheloto, cuando bien podían haber ingresado de entrada Pignani o Montenegro? ¿Por qué Salió del equipo Marcich, si sabemos que es un jugador que tal lo demostrara anoche, se manda al ataque con suficiencia?
En definitiva tres puntos dilapidados de locales, seguramente por querer mantener algún jugador solo por portación de apellido y que si bien no sería la gran solución, hacer entrar en el segundo tiempo a Martínez.
¡¡¡Una verdadera pena!!! Ahora habrá que pensar en el domingo en Córdoba, ante Instituto, un rival nada fácil por cierto.
https://www.promiedos.com.ar/ficha=xjpnxjsktgs&c=14&v=XDocc66Nd7A
