ALGO PARA RECORDAR
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i bien han cambiado los tiempos y con su
paso, la idiosincrasia de la sociedad a la que pertenecemos como ciudadanos, en
todo aspecto, esta variante social también se ha generalizado en el quehacer de
los Clubes netamente profesionalizados en todo aspecto.
No así ocurre en los pequeños
clubes barriales o del más puro ascenso, donde sus asociados, generación tras
generación, continúan con aquella feliz costumbre de poner el hombro de los
quehaceres domésticos que ameritan las necesidades de estas entidades.
PLATENSE, está entre los primeros. Y quizá sea entendible dada la clase social a la que pertenece o bien por el poco apego e incentivo desde las mas altas autoridades en promover el trabajo en las tareas necesarias en cada especialidad, del acondicionamiento de las instalaciones.
Esto no pretende ser una crítica. Quizá las necesidades personales de cada socio los inhiba por razones varias a prestar su mano de obra, como en otros tiempos fuera una típica modalidad de aquellos viejos asociados, que después del horario laboral y los sábados y domingos, se arremangaban en pos de las carestías imperantes.
El evocar aquellos tiempos de un PLATENSE netamente social, nos conlleva a evocar a algunos (a todos resultaría interminable) SOCIOS que trabajaran con tesón en los quehaceres que imponían las necesidades del club, cuando este fuera su segundo hogar.
Aún nos revolotean en nuestras retinas a verdaderos hombres de pura vena calamar que siempre estaban prestos para poner su ladrillo donde lo requirieran las circunstancias.
Esta rememoración nos lleva a evocar a un verdadero ASOCIADO, toda bondad y buena voluntad, el Señor VITO RUSSO (p) , siempre cuchara de albañil en mano haciendo refacciones u obras complementarias.
En 1965, cuando se diera vuelta el mítico estadio de Manuela Pedraza, cientos de socios, trabajaron en colocar los postes y alambrado perimetral, fijar butacas y tablones de la nueva cancha.
En 1979, casi cuando faltaran horas para el acto de inauguración del actual estadio, cientos a manos anónimas, también trabajaron incansablemente. Recordamos al mencionado Sr Russo, Alfredo Ginanni y otros colocando los azulejos de los baños.
En 1980 cuando se adquiere el hoy perdido predio de Benavides, varios Directivos abandonaron sus tareas cotidianas para mensurar, desmalezar y hacer los vestuarios que esgrimirían la habilitación de ese predio para partidos oficiales. Aún parece estar viendo a los Sres. Carlos Rubial, Ricardo Otero y otros tantos, sobre un desvencijado tractor, realizando el relleno y aplanado del campo. (De allí, en la primera camada, surgieron Alfaro Moreno, Scotto, Espina, Sponton, Bellini, Cascini, Baena, entre tantos otros)
1991, El Sr Nicolini realiza totalmente el cambio de cableado y farolas en sector social de Vte Lopez, acompañado por el entrañable Orlando "el chaqueño", siempre soldador en mano reparando las ya vetustas cañerías de los sanitarios.
1992, Varios socios trabajan incansablemente en acondicionar el predio
Galvan, y su permanente mantenimiento, destacándose la valiosa tarea del
asociado Sr. Monterrubianesi, quien no solo pusiera su trabajo personal, sino
su flota de maquinarias y camiones para el relleno y aplanamiento del actual
campo de juego.
Quizá en esta rápida semblanza, como lo anticipamos, olvidemos a muchos nombres que el el más absoluto anonimato, TRABAJARAN EN POS DE MANTENER EN PIE A SU QUERIDO PLATENSE, cosa que humildad y trabajo hicieran posible.
A los familiares (quizá relegados por el Club) de los nombrados y de aquellos que hemos omitido, les pedimos disculpas y gracias, pero sepan que entre los hoy ya veteranos, que vivimos estas etapas, sepan que siempre están en nuestra memoria, y mencionarlos resultaría sumamente extenso.
Hoy los tiempos han cambiado, y aquel fuego del trabajo a destajo se ha ido diluyendo, sin dejar de reconocer a los pocos que hoy puedan estar dando su mano.
En este breve repaso de aquel viejo pasado, solo quisimos destacar a los asociados, y no a los directivos.