CLUB A. PLATENSE vs. CLUB COMUNICACIONES
VIERNES 12 DE ABRIL 20,00 Hs.
Cristian Benítez
No se televisa
Anoche, algunos parroquianos estaban de cháchara
en un reducto del barrio, y el tema central, era la ayuda que un árbitro le
había dado a un equipo en su última presentación. De pronto llegó “el langa” habitúe del lugar,
restregándose las manos al grito de ¡¡¡ ya esta, ya esta!!!
Anonadados ante tanta algarabía, la pregunta a
coro fue ¿Ya esta qué? Y allí previo sorbete de infusión, llegó la narración de
un hecho de apariencia abstracta.
“En un lugar en el mundo, como ocurre en todos los
rincones del planeta, se practica fútbol. Existía un club, de los grandes, cuyo
destino era el ocaso. En este club, tenía mucha injerencia la replica terrenal
de Marlon Brando, hacedor de una inolvidable película. Este personaje histórico,
tenía un hijo dilecto de la vida, que era director técnico y querían ambos, que ese
club fuera su destino.
El referido técnico, si bien poseyó gran renombre
como futbolista, precisamente vistiendo esa camiseta y la de la selección
nacional de su país, no tenía los suficientes pergaminos como hacedor de
triunfos, para acceder a tamaña responsabilidad.
¡¡¡Necesitaba una vidriera importante y un éxito
inmediato y contundente!!!
Se establecía encontrar a tiempo, un “shoping” que tuviera
nombre y predicamento, para promocionar el producto.
El elegido, fue un Club con mucha historia, quizá
demasiada, que andaba con la brújula perdida, sin técnico, un enorme laberinto
institucional, y que sus mansos asociados pretendían el soñado ascenso de categoría.
Entre gallos y medias noches, este profesional firmó
un contrato con el club vidriera, por apenas unas fechas. En esta incursión, el técnico debía tener un
resultado exitoso y con ese cartel rutilante, se acercaría a la posibilidad del objetivo
pergeñado.”
De pronto, en la acústica de la serena noche otoñal, “el
langa”, aguzó su oído como en sus mejores tiempos, ante el repicar de unos
tacos aguja que sostenían a una escultural figura. Se fue tras ella, y los atentos
concurrentes se quedaron sin conocer el final de una historia inconclusa y laberíntica.
¿Se habrán cumplido los planes de aquel experimentado
ideólogo benefactor?
Como balance de esta novela incompleta,
presumiblemente excéntrica, los presentes reflexionaron “Solo nos queda estar
atentos y seguir paso a paso algún hecho que por estos tiempos, pueda
asemejarse al idílico relato en algún lugar del mundo”