Convicción

"NO ME PREOCUPAN LOS GRITOS DE LOS DESHONESTOS, DE LA GENTE SIN ESCRÚPULOS Y DE LOS DELINCUENTES...MÁS, ME PREOCUPA EL SILENCIO DE LOS BUENOS" Nelson Mandela

“En la vida uno puede hacer lo que quiera, lo que no se puede es evitar las consecuencias”.

martes, 9 de abril de 2013

AÑO III-Nº662- Proxima fecha- Cuento de trasnoche

 FECHA 36ª
CLUB A. PLATENSE vs. CLUB COMUNICACIONES
VIERNES 12 DE ABRIL 20,00 Hs.
Cristian Benítez 
No se televisa
Rompecabezas de un trasnochado 
Cualquier semejanza con la realidad, es producto de la ficción
Anoche, algunos parroquianos estaban de cháchara en un reducto del barrio, y el tema central, era la ayuda que un árbitro le había dado a un equipo en su última presentación.  De pronto llegó “el langa” habitúe del lugar, restregándose las manos al grito de ¡¡¡ ya esta, ya esta!!!
Anonadados ante tanta algarabía, la pregunta a coro fue ¿Ya esta qué? Y allí previo sorbete de infusión, llegó la narración de un hecho de apariencia abstracta.

“En un lugar en el mundo, como ocurre en todos los rincones del planeta, se practica fútbol. Existía un club, de los grandes, cuyo destino era el ocaso. En este club, tenía mucha injerencia la replica terrenal de Marlon Brando, hacedor de una inolvidable película. Este personaje histórico, tenía un hijo dilecto de la vida, que era director técnico y querían ambos, que ese club fuera su destino.

El referido técnico, si bien poseyó gran renombre como futbolista, precisamente vistiendo esa camiseta y la de la selección nacional de su país, no tenía los suficientes pergaminos como hacedor de triunfos, para acceder a tamaña responsabilidad.

¡¡¡Necesitaba una vidriera importante y un éxito inmediato y contundente!!!

Se establecía encontrar a tiempo, un “shoping” que tuviera nombre y predicamento, para promocionar el producto.
El elegido, fue un Club con mucha historia, quizá demasiada, que andaba con la brújula perdida, sin técnico, un enorme laberinto institucional, y que sus mansos asociados pretendían el soñado ascenso de categoría.

Entre gallos y medias noches, este profesional firmó un contrato con el club vidriera, por apenas unas fechas. En esta incursión, el técnico debía tener un resultado exitoso y con ese cartel rutilante, se acercaría a la posibilidad del objetivo pergeñado.”

De pronto, en la acústica de la serena noche otoñal, “el langa”, aguzó su oído como en sus mejores tiempos, ante el repicar de unos tacos aguja que sostenían a una escultural figura. Se fue tras ella, y los atentos concurrentes se quedaron sin conocer el final de una historia inconclusa y laberíntica.

¿Se habrán cumplido los planes de aquel experimentado ideólogo benefactor?

Como balance de esta novela incompleta, presumiblemente excéntrica, los presentes reflexionaron Solo nos queda estar atentos y seguir paso a paso algún hecho que por estos tiempos, pueda asemejarse  al idílico relato en algún lugar del mundo