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an pasado casi siete años desde que una noche del caluroso verano de
2011, en la plaza de Manuela Pedraza y Moldes, espacio testigo de tantas
epopeyas PLATENSISTAS, y recordando a todos quienes tanto lucharan por nuestros
colores, nos vinieron a la mente una infinidad de históricos personajes de
absoluta cuna calamar.
Elegimos en el límpido cielo a una abultada constelación de estrellas, presintiendo que ese era un puñado de
calamares que agrupados, comenzaban a vislumbrar aquello que nosotros, desde aquí
abajo ya estábamos transitando.
Allí, desolados y como esperando una
respuesta alentadora a nuestra triste añoranza y mirando una estrella que
brillaba con especial fulgor, nos apareció la imagen de alguien que con el
pecho henchido, pugnaba, fiel a su estilo,
por abrirse paso para bajar a ocupar ese espacio que había dejado. Ese era el “gordo Muñiz”.
Y allí, secándonos gotas de sudor que se
confundían con lágrimas, le dedicamos unas palabras, a aquel gran tipo que seguro defendería como fuere, a
su querido PLATENSE.
Han pasado casi siete años de aquella
historia. Y aquello que ya presagiábamos pidiendo auxilio al cielo, se concretó
en una triste realidad, agigantada como la cantidad de días del almanaque que
amontonadas, hoy nos presentan un panorama realmente paupérrimo y sin una luz que atine al cambio de rumbo.
Pedrito, y tantos calamares que ya no
están, por un lado los lloramos porque los extrañamos y necesitamos como nunca,
pero aunque desde esas tantas estrellas marrones que se dispersan en el cielo, también
sufran este presente aciago, hoy lejos del planeta, se protegen de estos
calvarios terrenales al que inescrupulosos, llevaran a nuestro querido
PLATENSE.
Esto esbozábamos en enero de 2011, y
¡¡¡NO NOS EQUIVOCAMOS!!!