Si cualquier fidedigno calamar hace uso de su memoria,
casi el ¡¡¡que mala suerte!!! Fue el
latiguillo al final de cada partido. Eran aquellos tiempos en que nuestros
calificados equipos, siempre por un pelito, perdían o empataban los partidos.
Por estos tiempos, parece que la cosa se ha revertido
¡¡¡¡y como!!! El cabal ejemplo fue esta tarde en Remedios de Escalada.
Los dueños de casa se habían preparado con una
tallarinada estupenda, al huevo, hecha por la abuela. Platense ponía la salsa.
Era de calamares, pero esta fue un fracaso culinario. Insulsa, agria y sin
sabor a nada, hasta por momentos vomitiva.
Sin embargo el premio “un aplauso para cocinera” se lo llevaron los calamares. Los de Lanus,
hicieron todo para su fiesta, demostrando el porque venían de una secuencia
ganadora, que los ponía en los papeles como casi seguros ganadores. Pero, ellos
hicieron el gasto jugando al fútbol, ordenados y con ese apetito propio de
quienes están en pleno crecimiento, tanto deportivo como institucional. Nosotros
aun obnubilados por el “parto de la última fecha” fuimos inversamente
proporcionales a cuanto describiéramos el ultimo martes.
Platense dio lastima, diríamos que hasta vergüenza. En
la primera etapa medianamente a hasta los 25 minutos la cosa venía bien para el
marrón, algo de ideas y de vocación ganadora. Pero a partir de allí, Talleres
se adueñó de todo, el juego, las llegadas al arco y hasta la posibilidad de
merecidamente irse al descanso en ventaja. No pudo ser, seguramente esperaban
en la segunda etapa dar la estocada final, ante la liviandad de los de marrón y
blanco.
Llegó el segundo tiempo y tal como se preveía,
salieron a ganar el partido, cuando dio toda la sensación que el marrón aún
estaba en el vestuario. Los de Escalada llegaban a De Olivera con absoluta
facilidad, con jugadas preparadas, con habilidad y encontrándose entre
compañeros. Solo la Diosa
fortuna quiso que no la embocaran. Y Talleres va y va y va, pero no entra. Fue
así que todo Platense replegado, quedaba a la espera de un contragolpe, que
nuestros muchachos fueron incapaces de hilvanar.
Corrían los minutos y exactamente a los 27´ en una
intentona calamar, ante una torpe jugada de Leiva, derriba a Tonetto y Comesaña, de buen arbitraje, señala el punto
del penal. Patea Daniel Vega y gol de Platense. Allí comienza el desmadre del
partido. Los rojiblancos comienzan a desesperarse y a los dos minutos es
expulsado Enzo Baglivo.
Lejos de amilanarse, los locales siguieron
como si tuvieran once, ante un Platense que pareciera que jugara con 9. Pero
entre la impotencia, la desesperación, hasta el arquero Elías Gómez se mandaba al ataque. En un avance
inesperado de Tonetto, casi cuando la pelota se le iba del campo, cruza un
remate y vulnera al ex arquero de Barracas C.
Corrían 48 minutos y medio, se adicionaron
cinco, en 90 segundos, solo quedaba tiempo para levantar la mesa y salir
corriendo en busca de la Srita
del promisorio o…, que nos sigue acompañando.
Ahora bien, ganamos, quedamos hasta el martes a la
noche a tres puntos del puntero, pero ¿Se puede seguir así? Marcelo Vega ¿para
que se viste de jugador? Palavecino ¿hasta cuando jugará con anteojeras? Morgantini siempre adelanta la pelota y
pierde el control, a Curuchet ¿Qué le esta pasando? En definitiva, quien debe
responder a estos y otros tantos interrogantes
es Fernando Ruiz, el manager y el presidente de fútbol. Aquí algo esta
pasando ¡¡¡Peor imposible!!!
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