Con una mano en el corazón ¿Alguna vez pensaste que Platense jugaría en la cancha de Barracas Central? No verdad, bueno nada es imposible en este largo devenir de cosas inentendibles que últimamente debemos sobrellevar los sufridos calamares de siempre.
Con el respeto que se merece la Institución quemera de la estación Buenos Aires, ni el mas pesimista de los tantos que hemos conocido, hubiera idealizado esta pesadilla. Pero no somos los únicos que habiendo transitado el verde césped de los estadios mas importantes de nuestro fútbol, debemos resignarnos a la cruel realidad.
Seguramente, tampoco el mas consternado hincha canalla imaginó que debería enfrentar en el parque San Martín a Deportivo Merlo.
Dos casos paralelos. Platense y Central, tradicionalmente protagonistas del fútbol grande, hoy transitan el mismo camino, el del lento ocaso.
Pero, no miremos al otro, observemos nuestra propia mugre, esa misma inmundicia, llamada desidia, ha atacado por igual a ambos. Los constantes desgobiernos, el odio mezquino enquistado en la profundidad medular, el tomar el club en connivencia con gente indeseable, el ser dirigentes por un carnet, sin saber de que se trata, han sido los tutores de esta próxima ida a Barracas.
Hoy renegamos de los jugadores y del técnico que nos toco en esta pésima elección, pero cuidado, porque Duarte, Diz, Schmit, Robert y otros, no vinieron de guapos a querer jugar en Platense, alguien les habilitó la entrada, les firmó un contrato y les concedió el honor de vestir nuestra camiseta. Entonces no seamos irracionales, la culpa de esto que hoy nos toca vivir, no es de ellos, sino de quienes se divirtieron alegremente durante varios años pretendiendo ser dirigentes. Al actual técnico, alguien le dijo sí. Navas no llegó y se ubico por si solo en el banco, lo eligieron, le firmaron un contrato, en detrimento de la opinión de quien fuera el estandarte del fútbol de esta conducción, Eduardo Greco, a quien enfermaron antes de decir que pateó el tablero y se fue. Porque estos mismos dirigentes que hoy nuevamente nos entregan la calculadora, no saben que en Platense nos conocemos todos, nos vemos a cada rato y en el lugar menos pensado.
Por eso, ya están aquellos que quieren sacar los pies del plato, y le hacen comer este sapo, quizá al más inocente, por más que ostente un titulo profesional.
Vamos a Barracas Central y no como protagonistas a cumplir un trámite, vamos como un posible pichi que puede volver con la frente aún mas marchita.
Observando la prolija plataforma electoral, donde se ostenta el Modelo de Gestión, se explica “Publicaremos todos nuestros actos”, Bien, realmente ¿quien es el verdadero responsable del manejo del fútbol, hoy en Platense? ¿Quién será el que merezca el aplauso por extirpar el designio de no descender?
Pero esto es Platense, donde ocurren las situaciones más desatinadas. Nos encontramos a diario con más de un calamar, que claman por el tribunal de honor para los dirigentes salientes. ¿Qué ilusos? Ya ni con esta herramienta estatutaria cuenta hoy nuestra vapuleada Institución. ¿Para que serviría esta pantomima?, si al año se levantan las sanciones que pudieran imponerse. Diría un letrado, “existe jurisprudencia”. ¿Acaso entre gallos y medias noches no se le levanto la sanción al por ahora, peor presidente que conociera la historia del club?
Calamares, ¡¡¡¡¡Cuánto se puede expresar de este presente funesto!!!!! Pero, no tiene mucho sentido, seguramente el lunes 4 de abril, iremos al fondo de la calle Olavarria (y Luna), y con un buen resultado en fulbo, todo quedará en el olvido.
BONUS
El 2 de Octubre de 1924, Radio Cultura, desde Barracas Central emite el encuentro de fútbol entre las selecciones de Argentina y Uruguay. Horacio Martínez Seeber y Atilio Cassime, fueron los responsables de esta, la primera transmisión de fútbol de la radiofonía argentina
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