¡¡¡¡El diablo sera santo!!!!

Resulta poco verosímil y hasta insólito, que en el un nuevo siglo, una Institución centenaria, que se ha ubicado en el consenso popular como una de las mas importantes entidades de servicios, cultura y deporte, mas fútbol en el rango profesional, continúe manejándose así, al mejor estilo de un club de barrio en decadencia. Vale aclarar, que existen clubes tradicionalmente barriales, que han crecido de tal manera que nos han superado en todo aspecto.

El ejemplo más cercano, es el amigo Club Pinocho, que desde su fundación, ha crecido en todo aspecto; deportivo, edilicio y social. ¿Por qué? La razón radica básicamente en la carencia de enfrentamientos políticos, sus administradores dan continuidad a aquello que dejaron los anteriores, respetando por sobre todo, su condición de “socios comunes” a la Institución común que los convoca. 
Cuando en este espacio hablamos de entidades como Lanús, Vélez, etc. no expresamos otra cosa que eso, continuidad de gestión.

En Platense, ocurre todo lo contrario, aquello que se logró en un trieño, cambia abruptamente, en lugar de darle continuidad a los hechos, se buscan los errores y siempre bajo la lupa del dolo.

Así, se dilapidaron una década y media, que es mucho tiempo, y estamos peor,-- vaya si lo estamos-- que a mediados de los `90.

Hoy, nuevamente el objetivo, es empezar algo que resultará extremadamente difícil. Difícil porque ya desde el vamos, observamos las grandes falencias de esta conducción, que no tiene planes, ni proyectos ni tampoco gente capaz para elaborar ideas, que redundarían en franco beneficio institucional.

Lo expresado anteriormente, viene a cuento, por los disparates en que se ha incurrido en el tiempo transcurrido. En 1990, el malo de la película era el Ingeniero Carlos Shafer, hubo elecciones, y por dos períodos consecutivos el club creció de manera sorprendente. Quien lo quiera negar, vivía en otro país. En el 96, nuevamente elecciones y ¿Quién es ungido presidente? El mismísimo ingeniero Schafer, acompañado por nombres que no eran otra cosa que un amontonamiento de intereses desencontrados.

Aquí nuevamente la debacle, hacia un presente que no tiene limites. Hoy observamos impávidos un gobierno que ya dejo de ser flamante, y que no muestra atisbo alguno de un plan de gestión como le urge a Platense. Si a esto, le agregamos la falta de carisma y lo arrebatado que es el presidente, sin una secretaría general activa y sin laderos ejecutivos, avizoramos un replay del período 2004/2007, que preferimos olvidar.

Observamos que en el predio de Benavides, se involucionó, no se hizo nada, por el contrario. En Vicente López, menos. Se construyó una pileta sin idea, única en el mundo con dos columnas en su interior, y sin las mínimas condiciones de las reglas del arte de la construcción, al extremo que quedó invalidada a su uso por no poder ser habilitada. En el mes de Octubre de 2010, alguien, pasó por el lugar y determinó comenzar a llenarla de escombros, para recuperar el espacio físico. Hoy, este monumento a la demencia, ahí esta, a medio llenar y exactamente igual que hace seis meses.

Una nueva comisión, con el mínimo de proyectos y planes, debió ni bien asumió, poner en marcha aquello que teóricamente debieron haber elaborado previamente,  sus equipos de trabajo.

Sin embargo, se hace gala de los socios auto convocados,¡¡¡¡aleluya a ellos!!!!! Pero, este es un grupo de jóvenes voluntariosos que no tienen la mínima dirección técnica, y dilapidan sus energías y buena voluntad vanamente. ¿Acaso presentó esta administración un Departamento de Obras?si la hubiera no tenemos el gusto de conocerla. Señores, aquí esta lo del club de barrio en decadencia. Esto no se conduce así, este no es el camino.

Pero, obsérvese que contrasentido. Mientras esa pileta absurda esta en abandono, mientras hay empleados que no cobran su sueldo en tiempo y forma, el “grupo“de trabajo de la administración anterior, poseyó a cargo del club, treinta y un celulares a nombre del presidente. Ahora, ningún ex directivo dice tener su celular, a quien se le pregunte, responde ¡¡¡¡ahhh este es mío!!!! ¿Entonces quien los tiene? ¡¡¡¡De locos!!!

Por eso, muchos penitentes, como tantos sacrificados calamares inducidos  por el odio, como ocurriera en 1996, arrepentidos del pecado del daño y la discordia, en la próxima fumata, beatificarán a un tal Saint Michel, para ubicarlo en el santuario del “club de las cosas locas”.