En estos días, en nuestro permanente deambular por los reductos calamares, sorpresivamente nos encontramos con la novedad, que ya la gente de Platense, no esta solo inspirada en materia futbolística.
Ya comienza a resultar preocupante el "sentimiento institucional". Una gran porción de aquellos que imaginamos solo creían que la institución era solo fútbol y sus resultados, inician la manifestación de un descontento que comienza a ser realidad.
Y no pretendemos ser sensacionalistas. Quizá algunas de nuestras informaciones, y la de aquellos medios que nada tienen que ver con los intereses asociativos con la directiva de turno, sean motivo de las preocupaciones y fastidios que han comenzado a ganar la calle.
Como nosotros no estamos en la burbuja del microclima del club, puertas adentro, tenemos la posibilidad de respirar el aire del escenario cierto, que seguramente los dirigentes ignoran, o prefieren desconocer.
Ha calado hondo, esta involuntaria manifestación de una realidad, de la que fuimos los primeros sorprendidos. “Un presidente de un club que además es representante de jugadores”. Si bien algunos, los menos, lo trataron de digerir ante la manifiesta promesa de su alejamiento de esta incompatible función, la realidad mostrada en distintos medios en los últimos días, ha terminado de catapultar definitivamente la escasa credibilidad, de quien de la noche a la mañana se transformara en subrepticio salvador del club.
Y ya la calle comienza a hablar y a levantar baldosas y debajo de ellas, a encontrar otros deslices en materia del manejo de futbolistas infantiles, por parte de un señor de doble vida.
Aparecen ya los que le buscan el pelo al huevo, y con cierta dosis de razón. El predio de Galván, “la fabrica de jugadores” esta en un estado de desprotección casi total en cuanto al control y ordenamiento que debería existir y para lo que fuera creado. ¿Se puede confiar al zorro al cuidado de las ovejas ?
Las más enardecidas voces, también se alzan sobre el secretario de correspondencia, aliado incondicional del presidente, que siendo en apariencia un firme defensor de principios éticos, ampara esta dualidad de funciones, aun cuando esta situación ya traspoló los límites de la institución, y lo peor, tal como lo exponemos en notas anteriores, hay malestar entre dirigentes de otros clubes.
Lo lamentable es que comienza a removerse la historia fétida de las personas, recordando cosas del pasado. “La dorada, el profe Córdova” y su curioso paso por el club,…...
Aparecen los que reclaman por la potestad del gimnasio de Básquet, de uso exclusivo para esta actividad, bajo la mirada cuasi dominante del intendente del club, que cobra un interesante sueldo del club, y esta abonado a su protector, el vicepresidente segundo, solo para su quintIta.
El caso Benavidez, también es considerado como una tomada de pelo al asociado, y mas aún de aquellos que apostaron a esta conducción inoperante.¿Y los proyectos? A siete meses de asumir, deben penosamente recalar en viejos socios que ya no son aquellos, que a los 40 años manejaban el tractor. Y lo peor, es que estos caracterizados socios de tradición calamar, están cayendo en el lodo de una absurda mentira. ¡¡¡Una pena!!! Que en el ocaso de sus vidas, se vean envueltos en esta quimera absurda.
Pero, mas allá de lo expuesto y tal como iniciáramos esta nota, da la sensación que las vendas de los ojos se están cayendo a pedazos. Si el C.A.P. es fútbol, no hay duda alguna, pero quienes viven febrilmente esta pasión, por suerte no es tan tonta como le hicieron creer al “llanero furtivo” para que aterrice en un club de giles.
