Da toda la
sensación que cuando las actúales autoridades, enarbolaran el estandarte de la TRANSPARENCIA , como característica
insoslayable de su gestión, no repararon en algo tan simple, como que hoy un
niño de apenas seis años puede manejar.
Y esto es
preocupante realmente, porque quien en estos tiempos, y mucho menos
PROFESIONALES, no reparen en la existencia de la computación y por ende el mas
gran recurso de las comunicaciones, demuestra que aún vive en el siglo pasado, aún
gestionando un teléfono por el plan Megatel.
Hoy y para
molestia de muchos, el avance tecnológico, sirve para que el mundo moderno, haga
de esta herramienta una apoyatura a las diversas actividades que requiere la
fidelidad de las acciones. Muchos la utilizan y mal, para escudarse con nombres
apócrifos (pablito, José y otros) para desde el anonimato que no resulta tal,
solaparse en agresiones, insultos y otras modalidades que reflejan características
de cobardes.
En la era de la cibernética,
todo se logra cuando con las mejores intenciones, se le da a esta, la utilidad
a los procesos que queremos conocer, lo que invariablemente da por tierra el
accionar de los mentirosos, los que esconden información y que por manifiesta ignorancia,
o miedo a la maquina fatal, resignan su propia investigación a muchos hechos
que les evitarían transitar el papelón
tras papelón.
Lentamente, y
según los tiempos, iremos desenmascarando a quienes cuatrimestralmente,
enfrentados a unos pocos iletrados dormitando, con un par de palabras
repetitivas- no poseen en su léxico mas de diez-, los convencen de las falsas
grandes acciones que dicen, desarrollar al frente de la institución.
Por suerte,
existen hoy documentaciones públicas de
libre acceso a las que accedemos, y que nos permiten dar credito de
nuestros pálpitos, y con horror, darnos cuenta de tanta mentira y falsedad, se
cocinan en sectores sumamente álgidos de nuestra institución.
¿Qué habrá querido
expresar el ideólogo de tanta parafernalia escrita cuando, en reiteradas
ocasiones utilizó la palabra "TRANSPARENCIA",
como “estilo de gestión” de aquella fastuosa proclama electoral?