En este espacio no acostumbramos a realizar comentarios ni análisis de los partidos, pero en este caso amerita, algunas reflexiones elementales.
El ultimo martes, con Tristan Suárez, creímos que los nuevos aires futbolísticos se habían instalado en Vicente López, pero no. Fue solo un suspiro a manera de alivio de los calamares, que entendíamos un notorio cambio. Anoche Platense enfrentó al peor equipo de lo visto en este torneo. Y sin embargo, empató con un final inesperado al grito casi unánime de “la hora referí”. ¿Acaso Pavón considera que Diz es Pavone, que solo allá arriba puede arrastrar marcas, cuerpear entre dos defensores y salir ileso en busca de un compañero? ¡¡¡No, no lo es!!!!
Tampoco entendemos como y de que, juega Pussineri. El ya veterano hincha calamar, no esta para marcar, sino para transformarse en ese volante de apoyo, que aquiete el juego y se asocie con el único pensante, Olivares. Esta dupla nunca jugó en sociedad, por el contrario, siempre estuvieron distanciados. Es notoriamente observable, que se ha crecido en garra, pero no alcanza este voluntarismo a tontas y a locas, el desorden de anoche, no es el camino correcto. Y no lo fue ni lo será además, de seguir siendo conservadores. Platense de local, con un tibio rival y con pretensiones de entrar al octogonal (eso creemos) no puede ser tan timorato ni tan cauteloso.
Mucho nos extraña que Pavón, un goleador nato, no se de cuenta que así no es el juego. Anoche Platense podría haber ganado con holgura, si el esquema hubiera sido otro. No importa la calidad, pero si el respetar la pelota, pasarla al compañero, tener un volante central que genere juego y atacar con delanteros o volantes que se proyecten. Se perdieron dos puntos valiosísimos, y realmente a estas horas, nos cuesta saber si realmente Platense quiere ser protagonista. Anoche no lo fue. En fútbol se gana con goles, y más aún cuando cada partido debe ser una verdadera final.
Seis puntos a recuperar sobre 21 en disputa, no debe ser motivo para declinar aspiraciones, se puede sumar, pero no por este camino. Llegó la hora de apostar al todo o nada. El fútbol es para los vivos, y el que no arriesga pierde, y no es este el momento de andar cuidando el empate mezquino.
Ahora viene un partido difícil, pero no imposible. Si lo vemos con optimismo hay que ganar los tres puntos, pero si lo vemos en condición de pesimistas, hay que ganar seis puntos, porque no olvidemos que Armenio, anda discutiendo seriamente el permanecer en la B. Esta
¡¡¡¡¡Vamos, que se puede!!!!!.
