Convicción

"NO ME PREOCUPAN LOS GRITOS DE LOS DESHONESTOS, DE LA GENTE SIN ESCRÚPULOS Y DE LOS DELINCUENTES...MÁS, ME PREOCUPA EL SILENCIO DE LOS BUENOS" Nelson Mandela

“En la vida uno puede hacer lo que quiera, lo que no se puede es evitar las consecuencias”.

lunes, 11 de abril de 2011

No por desconfianza, ¡¡¡pero....

Cuando repasamos casi en forma permanente, la historia de nuestra institución, invariablemente, se marca una notoria diferencia entre aquellos viejos dirigentes que conocimos en todo su accionar, con quienes nos han tocado en suerte en los tres últimos lustros.
Aquellos, con virtudes y defectos propios de la función, trabajaban en objetivos comunes y poseían en sus “grupos de trabajo”, verdaderos colaboradores, que sin ser universitarios, siendo solo calamares de cuna, ponían el máximo empeño para plasmar lo mejor para la Institución.

En notas anteriores, hemos mencionado como estandarte de todo el sentir platensista, al recordado, por los verdaderos calamares, gordo Muñiz. Y con el vienen a nuestra memoria próceres de la tribuna como Borro, el Cholo Richiardi, Marrero, Figini y tantos otros que harían interminable la nómina. Socios e hinchas que jamás hubieran permitido la incumbencia de advenedizos, que encontraron en un club viciado de la más absoluta orfandad, la carroña propicia que buscan los buitres, cuyo único interés es saciar sus apetencias.

En la página de Siglo XXI, sus autores “colocaron” con criterio, un nombre y apellido que nos sacudió fuerte. El “Bebe” Barbieri, lo que es decir, Platense personificado. Quienes lo conocimos, sabemos muy bien que en su Platense, jamás hubieran recalado personajes siniestros que hicieran a su gusto, cuanto se les antoje en un área tan sensible que el manejaba como nadie. El fútbol amateur.

Esto viene a cuento, a algo que últimamente se ha transformado casi en una constante en el accionar de las dirigencias, por denominarlos con respeto, saldar deudas con porcentajes de chicos que están a su merced en las divisiones inferiores.
Como ha sido y es tan grande la desorganización imperante en los últimos tiempos, vemos absortos e impotentes, como se han infiltrado estos personeros del más vil comercio del fútbol.
Pero, la cosa va en creciente detrimento, porque hasta no hace mucho, estas componendas con jugadores, las pagaban los dirigentes, ahora, los  que antes entraban en puntas de pie, se han transformado en dirigentes y/o candidatos. Solo bastará analizar las listas del último acto electoral, para encontrar nombres y apellidos de estos profesionales de la seducción de promesas.

Así como nos enteramos que en el irrisorio paquete obsequio “Sanchez-Lanzini” de este último, solo un 20% le pertenecen al club, podríamos retroceder en el tiempo y encontrarnos con verdaderas sorpresas que justifiquen, el porque nunca más desde Platense germinan figuras del semillero, o mejor dicho, nos enteramos de lo turbio, cuando nos anoticiamos que estas, triunfan con otras camisetas, pero nacieron en nuestro club.
Dado que esta modalidad, se ha transformado en costumbre de constante crecimiento, y nosotros los socios, somos los últimos en enterarnos, modestamente nos adelantamos en sugerir algo.
Nunca en la historia del club, excepto aquellos que han seguido muy de cerca las divisiones menores, comisión directiva alguna dio a conocer la nómina del patrimonio humano que poseímos, quizá tan valioso a futuro, como un bien inmueble.

Si bien esto no existe en los estatutos, entendemos que de ahora en más, las comisiones directivas, deberán poner en conocimiento de los asociados, al cierre de los respectivos libros de pases, la nomina completa de aquellos jugadores fichados en los registros federativos de la Asociación del Fútbol Argentino, desde 9º división a primera y detallar en el cierre de cada ejercicio, las condiciones sobre derechos económicos de aquellos jugadores de los que se hallan cedido porcentaje alguno.
Además de dejar sentado en las actas respectivas, a aquellos jugadores, cualquiera sea la división y razones, que se desvinculen del club.

Si bien somos concientes que a mas de un dirigente esto le sonará tan absurdo como incomodo, entendemos que es derecho y obligación de todo asociado, el conocer quienes son los jugadores que pertenecen al club, como también posibilitar el seguimiento de sus actuaciones y el crecimiento deportivo de los mismos, como verdaderos exponentes de nuestro patrimonio.

Esto que puede parecer antojadizo o quizá visto como una manifiesta desconfianza, puede que lo sea, obedece a las auspiciosas propuestas de la actual conducción, donde expresan:

“Crear el "Consejo de Fútbol", sin distinción de agrupación ni colores en reemplazo de las históricas “Subcomisiones de fútbol”, compuesto por ex jugadores y técnicos de reconocida trayectoria e identificados con Platense, que funcionará como asesoría permanente y de nexo entre el plantel y dirigentes. De ésta forma se optimiza la gestión, con profesionales idóneos, achicando notablemente la posibilidad de cometer los errores que nos llevaron a la actual situación.”



Además, y dado el rango estatutario de este importante sector, presidido por uno de los vicepresidentes, componiendo las obligaciones de la presidencia y como únicos responsables jurídicos del club, merece que todo aquello que signifique valor económico institucional, sea de total conocimiento de los asociados a través de sus representantes  (de los socios, no de jugadores)y por los medios que correspondan.


En hora buena, observamos la intencionalidad de la propuesta de campaña, que de cumplirse, reencause el fútbol amateur y para no ser más sorprendidos entre gallos y medias noches en arrebatos espurios, de nuestros jóvenes valores. 

Lo expresado como idea a poner en practica en nuestro club, no es nuevo ni antojadizo, ya existen instituciones manejadas seriamente, que han implementado este accionar en sus estatutos. Curiosamente nos comentan sus directivos amigos, ¡¡¡¡se han espantado los buitres!!!!
Es de esperar que nuestros actuales administradores de los bienes del C.A.P. imiten esta actitud.


BONUS
¡¡¡¡Ahhh!!!!, Ahora entendemos el porque del  absurdo CAMBIO DE COLORES en las planchas de los recibos de cuotas sociales. 




                                             
 ¿El pobre imprentero se equivoco de club?