
De nada sirve envalentonarse detrás de un teclado, atacando despiadadamente a seres humanos que sienten y viven nuestra misma pasión. Porque esos anónimos rayanos con el espanto, en algún momento, de felicidad o desasosiego, se acercarán con el abrazo fraterno, ese abrazo, que nos supimos dar cuando las cosas se decían de frente y sin caer en la bajeza de la cobardía del anonimato mordaz.
Y cuando nos disponemos a hacer historia, nos vienen a la mente personajes que venían de frente, y que de existir hoy, más de un guapo de la informática, terminarían en el Pirovano, como primera escala hacia su posada final.
Pero aquel Platense era otro, totalmente distinto. Solo quienes lo disfrutamos sabemos de esa diferencia, que jamás recuperaremos. Y esta apreciación no es para nada antojadiza. El país, el barrio, la gente eran distintos. Quienes escribimos estas líneas, jamás hubiéramos imaginado hacerlo por este medio, que de extraordinario, pasó a ser cómplice de la perversidad de quienes lo utilizan para el mal.
Hasta aquí la reflexión. En este rapto de melancolía, queremos rememorar aquel 25 de Mayo de 1966, fecha en que se reinauguró la cancha de Manuela Pedraza y Cramer. Quienes comparen el grafico adjunto con el anterior, observaran los cambios. Se invirtió el sentido del campo de juego, se eliminó el velódromo y la cancha de Básquet, y ese terreno adjunto, quedó para que los socios se solacen en épicos picados, y para que pechito DellaTorre y José D`Amico, entrenen a los planteles de fútbol de la época.
Por esos tiempos presidía el club el Dr. Luís J. Brennan, y la secretaría general estaba a cargo de uno de los más exitosos dirigentes de la historia en ese cargo, Don Juan Santiago.
Memorables resultaron los picados de la “canchita” donde los Domingos a la mañana, estaban abonados los turcos de Quesada y Moldes y los Sábados, un viejo asociado, Jorge Sinigaglia, organizaba con pasión, torneos de juveniles. Aquí participaron muchos pibes que nos vienen a la memoria,nosotros también lo éramos, pero destacamos a Tokio un fana calamar y a un arquero que emulo del flaco Schmit, acaparaba la atención de los presentes. Este era quien, luego la vida lo llevaría por el camino del periodismo, Carlos Rigó
Hoy dejamos el presente,para abordar el pasado, pero en esta nota de recuerdo e historia, dejamos un mensaje. Basta de agresiones solapadas, guardemos esa ira para convertirla en pasión productiva, siempre por un PLATENSE BIEN GRANDE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario