Ya los medios
orales del ASCENSO hablan de
“la novela de Platense”
Que en Platense
ocurren las cosas más insólitas, no resulta novedoso. El viejo club que
existiera fiel a su historia hasta fines del siglo XX con su reputación
intacta, en estos últimos doce años, bien podría ser motivo de inspiración para
aquellos viejos autores de los sainetes teatrales como Vacarezza o Alipi.
Es que es así,
por más que les pese a quienes presa de su arrogancia, se sienten como los
ideólogos de una nueva generación pretendidamente salvadora, los años pasan y
todo va de mal en peor. Serían interminables los capítulos de esta insólita comedieta,
que quisieron poner en escena, sin el sustento lógico y necesario para reubicar
a la institución en la rampa de partida hacia horizontes claros, cuya meta debíera
ser el éxito.
El hoy de
Platense es sombrío, escabroso, intrigante y hasta imprudentemente peligroso hacia el
futuro inmediato.
Por estas horas,
los atónitos tibios observadores, que son sus socios, desde la comodidad de sus
aposentos, se enteran que el club del que dicen ser el de sus amores, ha
contratado un arquero con el mayor sueldo del plantel, y que este, por lógica
decantación en su tarea, de la noche a la mañana apareció roto. Suena feo,
absurdo y hasta ridículo que en estos tiempos de avance científico, tecnológico
y del raciocinio natural de todo hombre, tengamos que hacer esta inadmisible
reflexión. ¡¡¡Nos comimos otro sapo y
van….!!!
Pero, este tipo
de ingesta, pareciera ser un clásico en el menú cotidiano de los calamares
calamitosos del nuevo siglo.
Para muchos las
historias resultarán odiosas y urticantes y porque no, con una dosis de envidia
e impotentes de emular ciertas gestiones del pasado. Recordamos con una cuota
de nostalgia triunfalista, porque así era Platense, cuando en el club en 1991,
recalara Mariano Dalla Libera procedente de México. Llegó y si bien sus
primeras palabras fueron vengo con una lesión, el por entonces cuerpo medico,
como era y debe ser de rigor, al hacerle los estudios pertinentes, constata la
lesión. Firmo el loco pero con un contrato donde se haría cargo de su recuperación
y que cobraría su sueldo, ni bien pudiera volver a entrenar a la par del
equipo.
Lo que se
presumía duraría seis meses de recobro de sus aptitudes físicas, se
trasformaron en solo tres y los resultados quedaron mas que evidenciados al ser
el eje de aquel exitoso equipo del 92. Los fanáticos de las estadísticas, lo recordarán seguramente con lógico regocijo
aunque con sabor a hiel.
Serían
interminables remarcar los disparates cometidos en doce años por "dorados y azules", hijos
de un mismo padre, hacedor de los más estrepitosos engendros dirigenciales y
que han sumido al C.A.P. en un clubcito más del ascenso, pero sin ascenso.
A días de
iniciarse otro torneo, del que imperiosamente debemos ser protagonistas desde
el arranque, se siguen sumando jugadores, que salvo alguna excepción, resultan más
de lo mismo. Se trae a un técnico que viene de fracasar rotundamente en un club
sin apetencias, y que desde su alejamiento mágicamente resurgiera como el ave
Fénix, Acassuso.
Pero ahora y como
la frutilla que le faltara al postre, cuando se aproxima el inicio del
campeonato, quien ostenta el sello de presidente, decididamente se pone la
pilcha de su verdadera profesión y parte hacia Europa.
Bien sabemos que
por el viejo mundo el libro de pases se cierra el 31 de Agosto. Bien sabemos
que en su cartera existen varios jugadores de otros clubes que deben ser
transferidos, compadeciéndose en medios radiales de las situaciones familiares
de alguno de estos.
¿Y Platense? ¿No
sería lógico que a estas horas de tanta novela inconclusa y ante el inminente
movimiento de la pelota estuviera junto al plantel y junto a los socos?
Deducimos con
cierta lógica de comprensión humanitaria, que no debe ser fácil para cualquier
mortal manejar tantos números, tantos papeles y tantos jugadores. Realmente
debe ser estresante, ¿entonces en su rol de “el” porque no vacacionar en su
lugar en el mundo? La paz que solo brinda el sur del país.
Entendemos los
porque del fastidio que causan los representantes de jugadores en los altos
mandos de la calle Viamonte,¡¡¡ pero Don Julio, esto lo quisieron los
socios!!!
Seguimos jugando
con pirotecnia, seguimos tensando la cuerda, ¡¡¡ pero cuidado!!! Porque de de la tibieza se pasa al hervor.