Falleció Ángel Espiño, pionero de los intermediarios del fútbol
“Pocos estaban en la actividad cuando a los 28 años, este hombre comenzó a moverse en el rubro. Había participado en los pases de Carlos Bilardo y el cordobés Mario Griguol
Un pionero de los intermediarios del fútbol, Angel Espiño, falleció a los 76 años y dejó el recuerdo de sus gestiones transparentes, como lo destacan quienes lo conocieron.
Pocos estaban en la actividad cuando a los 28 años, este hombre comenzó a moverse en el rubro y llevó a San Lorenzo de Almagro a baluartes como Victorio Nicolás Cocco, Sergio Bismarck Villar, Ricardo Rezza y, años después, a José Luis Chilavert, que se convertiría en uno de los mejores arqueros del mundo.
Aquellos que trataron con Espiño destacan que con él, la palabra bastaba para cerrar un trato y evitaba las modernidades como los celulares o Internet y prefería el trato directo, los videos y las largas conversaciones de café con los directivos.”
El Día. com- La Plata
Quienes tuvimos oportunidad de conocer a Don Angel Espiño, supimos valorar y reconocer su sello de hombre de bien. Tal como lo expresan quienes lo conocieron, este precursor de la actividad de representante de jugadores, fue eso, un hombre que cumplió con dignidad y transparencia esta digna función, que palparamos allá por los años `70, como suegro de Roberto Saporitti.
En 1990, este gran amigo y consejero de nuestro ex presidente Roberto Pérez Guarch, convalidó con sus actos para con el club, ese don de gente que lo precedía.
Pero, con el paso de los años, esta actividad se fue agigantando y como siempre, aparecieron los advenedizos, los aventureros que depredaron la profesión.
Quizá estos, que desvirtuaron la verdadera función del digno representante de jugadores, hicieran que se produzca en nosotros, como por décadas en otros tantos dirigentes, una inquina manifiesta por quienes, se apoderaron de aquello que fuera una actividad sana y transparente.
Deberán existir actos de grandeza y relevancia, para poder desmitificar este concepto que hoy, nos hace descreer de quienes ejercen esta actividad tan depreciada. Como siempre, y por el mal accionar de algunos, otros caen presa del desprestigio. El tiempo será testigo, de poder volver a creer, aquello tal como lo iniciara Don Ángel Espiño. QPD
